jueves, 25 de marzo de 2010

22 Escarabajos en El Público Lee

Reportaje en el programa El Público Lee, de Canal Sur TV.

sábado, 13 de marzo de 2010

entrevista en Diari de Sabadell


MARIO CUENCA, Beatles de ficcion
«Los Beatles
ya son un género literario»
11-3-2010

El autor de Antología Hispánica del Cuento Beatle: 22 Escarabajos (Ed. Páginas de Espuma) es el profesor de filosofía en el Instituto Inca Garcilaso de Montilla (Córdoba), Mario Cuenca Sandoval.
Nació en Sabadell hace hoy exactamente 35 años.


¿Cómo ha encontrado 22 escritores beatlemaníacos de México, Cuba, Argentina, Perú, Ecuador...?
Conocía a dos o tres y uno te lleva al otro. He puesto 22, pero tenía 40. Cuando ves que los Beatles son ya un género literario, sólo has de ir tirando de la madeja.

¿Si los escritores hubieran sido anglosajones descubriríamos otra forma de tratarlos?
No sólo sajones. Los Beatles como mito global se han adaptado muy bien a cada zona. En nuestra Antología, por ejemplo, aparecen los Beatles hasta en los Andes con los indígenas.


¿Ha dicho mito global?
Mito global contemporáneo. Los mitos griegos y romanos son antiguos y ellos son modernos.


Despreciaron bastante lo español.
No tanto. En Abbey Road mezclan italiano y español en una especie de bolero. Y en directo les encantaba versionar Bésame mucho.


¿No fue una burla aterrizar en El Prat con montera de torero?
No lo creo. Para ellos España era muy exótica y se pusieron eso como en Japón vistieron un kimono.


Bueno, vale.
Y además Lennon pasó muchos veranos en Almería y se casó en Gibraltar.


¿No está ya todo dicho sobre los Beatles?
No. Y como material de ficción que es lo que hacemos nosotros, menos aún.


Cuénteme un cuento.
Pues como todo el mundo sabe (irónico) Paul McCartney murió en 1967 y las pruebas son rotundas (ríe). Un cuento de la antología es la historia de William Campbell, el que se hace pasar por él desde entonces.


¿Algún relato más verídico?
Hay uno basado en un hecho absolutamente cierto que muy poca gente conoce: la reunión Kubrik-Tolkien-Beatles.


¿El director de cine y el padre de los hobbits?
Exactamente. Hubo un proyecto, firmado y todo, de filmar El señor de los anillos con los Beatles.


¿John Frodo y Paul Gandalf?
Afortunadamente quedó en agua de borrajas. Imagínese el engendro freak que hubiera salido de ahí.


Más relatos.
El más antiguo es de 1967 y narra los intentos de una sociedad futurista por construir un robot poeta inspirado en Ringo.


Da miedo.
Miedo el que dan los dos cuentos de terror, con fantasmas y todo.


¿Hay predilección por alguno de los cuatro?
Arrasa el santo mártir de Lennon por mayoría absoluta.


¿Qué aportaron al siglo XX?
Con algunos más, rompieron la barrera entre alta y baja cultura.


¿De qué va su cuento?
Reconstruyo la grabación de Sargeant Peppers, como si estuviera inspirado en un poeta de la generación Beat que yo me invento.


¿Hubiera encontrado tantos autores dispuestos a escribir sobre los Stones?
Creo que no.


A usted por edad, los Beatles no le tocan.
Los ponían mis padres en casa, que eran muy hipis. Tengo grabado en mi recuerdo el día que mi hermano me dijo con veneración: ¡mira, el último disco de los Beatles!


Memoria selectiva.
Sí porque lo que recuerdo es mi azoramiento por no saber si era el último porque acababa de salir o el último de su carrera.


Y pronto aparecerá El ladrón de morfina ¿De qué va?
Es una novelita pulp de kiosco. En plan Hazañas Bélicas, pero con fondo espiritual.


¿Cuál es la guerra?
La de Corea. Igual que los italianos se apropiaron del Oeste e hicieron el espagueti western, yo me apropio del bélico americano como género.


¿Habla a sus alumnos de los Beatles?
El otro día les pedí que buscaran en Google por qué el australopitecus más antiguo se llama Lucy. Casi todos lo encontraron.


Con ojos caleidoscópicos

SABADELL HASTA LOS 5
Nació en Sabadell y hasta los 5 años vivió con sus abuelos en el Polígono Espronceda. «Me llevaban al fútbol de la Creu Alta, recuerda.
Pero su abuelo sentía nostalgia y al jubilarse, después de trabajar 30 años en la construcción de Sabadell, regresó a Córdoba con él.
«Mis abuelos están muy agradecidos a Catalunya y el 90% de mi familia y todos mis primos viven aún en Sabadell», dice.

martes, 9 de marzo de 2010

Reseña en la revista Quimera, a cargo de Ruth Vilar


Cuando podría parecer que los Beatles ya habían conquistado todas las parcelas de la sociedad y de la cultura, aparece oportuno el volumen 22 Escarabajos. Antología hispánica del cuento Beatle para demostrarnos lo contrario. Con él, Mario Cuenca Sandoval, editor de esta selección de relatos, y Páginas de Espuma hacen una más que destacable aportación al género de la ficción literaria con temática Beatle. A pesar de que el fenómeno Fab Four mueva legiones de admiradores que parecen no saciarse nunca, en los catálogos de novedades y en los anaqueles de las librerías escasean títulos que rescaten a los cuatro de Liverpool de las secciones de biografía y de crítica musical y que aborden sus figuras, su trayectoria y su obra desde la creación literaria. Por supuesto, hay honrosas excepciones, algunas de ellas firmadas, precisamente, por autores presentes en 22 Escarabajos, confesos y bien documentados fanáticos de la banda como Fresán o Iwasaki, pero no constituye la tónica general. No será porque tales libros no vengan a cuento. Cualquier fecha es susceptible de coincidir con un aniversario Beatle: sin ir más lejos, en agosto de 2009 se cumplían cuarenta años de Abbey Road, disco que pasa por ser el último que la banda grabó, y en diciembre hará treinta del asesinato de Lennon.
Ahora bien, el sentido de la oportunidad y el relativo vacío editorial en este ámbito suponen méritos menores de 22 Escarabajos. Sus principales virtudes son la representatividad de los escritores escogidos y la calidad de las piezas con que contribuyen. Gracias a la diversidad de los primeros (a sus distintos orígenes, bagajes y estilos literarios) esta antología ofrece una acertada panorámica de narradores en activo y en castellano que cultivan el género del cuento. En este sentido, el libro aprovecha al lector por partida doble, porque no sólo recoge y le brinda veintidós estupendos cuentos Beatle sino que además reseña la biografía y la bibliografía de cada uno de sus autores. Y, si bien esto último podría interpretarse como una perogrullada, como un requisito obligado de toda antología, la propia naturaleza de este volumen, que establece un vínculo puramente temático entre sus partes, anticipa la heterogeneidad del conjunto. Los textos que conforman 22 Escarabajos son tan variopintos como las canciones de la banda que los inspira. Dado que el elemento Beatle que todos comparten confiere suficiente solidez al volumen, Mario Cuenca Sandoval potencia en su selección la máxima flexibilidad formal de los textos, que se reconoce tanto en los ya publicados como en los hasta ahora inéditos. De este modo, el volumen deviene un poliedro con múltiples facetas. Por una parte, la extensión de los cuentos es variable y va de la eficaz brevedad de la fábula a partir de una imagen que es ‹‹Come together››, de Rodrigo Fresán, de apenas cuatro páginas, al despliegue pausado del tiempo cotidiano y a la vez extraordinario en ‹‹Two virgins››, de Marcelo Figueras, de unas cuarenta. En lo que respecta al estilo, encontramos cuentos de una claridad cortante como el que firma Andrés Neuman, ‹‹Cómo maté a John Lennon››, y otros que acumulan voluntariamente referencias históricas, interlocutores alternos, diferentes idiomas, transcripciones seudofonéticas o rasgos lingüísticos locales, etcétera; es el caso de ‹‹Rock in the Andes››, de Fernando Iwasaki, o de ‹‹Double fantasy››, de Salvador Luis.
El libro prueba que la premisa ‹‹variaciones sobre el tema Beatle›› abre la puerta a un estimulante y amplísimo abanico de posibilidades. Caben en él aproximaciones frontales al mundo Beatle (como la supuesta y absorbente entrevista a Ringo Starr en ‹‹Jet lag’ 68››, de Esther García Llovet, o el delirio intertextual que compone ‹‹Back to the egg››, de Leonardo Aguirre) y otras sutiles (como los relatos en primera persona ‹‹Julia››, de Care Santos, y ‹‹Las notas vicarias››, de Hipólito G. Navarro). Cabe tanto el monólogo imposible de un personaje real (‹‹Compota de manzana››, de Patricia Esteban Erlés) como las confesiones de dos hombres cuyas vidas estuvieron marcadas por algún concretísimo disco Beatle (‹‹Revolver Smile››, de Iban Zaldua, y ‹‹33 ladrillos traídos de Liverpool››, de Maurice Echeverría) o el retrato desatado de uno de los miembros de la banda (‹‹George Harrison, hindú››, de Raúl Pérez Cobo). Cabe el cuento futurista (‹‹El Beatle final››, de Leopoldo Marechal) y cabe el mito báquico (‹‹A day in the life››, de Javier Fernández). Y caben desde luego, porque la semilla de esta ambigüedad se encuentra en el supuesto del que parten todos los textos (a saber: cuento Beatle, esto es: ficción sobre la realidad), los relatos que mezclan realidad y ficción. Los mejores relatos que contiene el volumen han sido construidos utilizando esta estrategia narrativa.
Eduardo del Llano compone en ‹‹Los Beatles›› una verdad descabellada, pero cortada con el patrón de lo verosímil. Salta de 1967, de una reunión infructuosa de los miembros de la banda (que las habría), a su propio presente de escritor a través de la simple recepción postal de un casete que Yoko Ono habría encontrado entre los objetos personales de John Lennon cuando él murió y que ella habría franqueado en 1981. Del Llano orquesta este episodio, que justifica su papel como narrador real, mediante la más remota, y tal vez por eso indudable, casualidad. Relata el encuentro de los Fab Four, evocando la hipotética relación que John, Paul, George y Ringo podrían haber mantenido en su labor cotidiana de creadores, lejos de los escenarios y de las fans, y detallando en su diálogo en qué consistirá ese casete que aún no existe; resuelve el cuento con eficacia y concisión en un solo párrafo final.
Con ‹‹Degeneración JL››, Roberto Valencia nos ofrece un mosaico figurativo bien construido donde anticipa algunas de las infinitas reencarnaciones que viene sufriendo John Lennon en los lugares más remotos, sin que sus suplantadores conozcan límites de sexo o de raza, sin que compartan rasgo biográfico alguno, sin que concurra siquiera el más vago parecido físico. El relato despliega su catálogo de personajes, alternando los fragmentos que le dedica a cada uno con los de otro, y otro, y otro, en una inteligente progresión. Salpica la voz narrativa con comentarios objetivos de tono próximo al del reportaje y manipula la estructura del cuento situando en notas a pie de página una de las historias. ‹‹Degeneración JL›› es un prometedor anticipo de 7 Versiones de John Lennon, libro de relatos en el que trabaja actualmente el autor.
Pero es el propio Mario Cuenca Sandoval quien, además de haber completado una apreciable labor de selección y edición sistematizada y de firmar un prólogo que completa e ilustra a la perfección dicha labor, se lleva la palma con su cuento ‹‹El rodillo de la roca N››. El texto adopta la forma de un artículo sobre la relación del poeta Phil Apostolakis con los Beatles y sobre la influencia que ejerció en la creación del Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band. Este relato apareció publicado en Quimera en octubre de 2007. Por su calidad, era de obligada inclusión en esta antología. Está ahí para gozo del lector.
22 Escarabajos reúne estos y otros textos, tan repletos de referencias Beatle que su lectura resuena en la mente como si incorporasen banda sonora. Cuenca Sandoval resuelve el desorden de la abundancia de títulos agrupándolos en tres bloques: en primer lugar, los relatos sentimentales o nostálgicos, que incorporan el elemento Beatle como parte de una época vivida; en segundo lugar, los relatos Beatle o posmodernos, entre los que se cuenta el considerado relato inaugural del género en lengua castellana, ‹‹El beatle final››, escrito por Leopoldo Marechal y publicado por primera vez en 1968; y, en tercer lugar, los relatos apócrifos o fakes.
22 Escarabajos es un buen libro en el que, eso sí, se echan de menos una mayor presencia de escritoras y alguna otra voz, aparte de la de Marechal, que conociese el mundo a. B. (antes de los Beatles).
Ruth Vilar

domingo, 7 de marzo de 2010

Noticia en El Día de Córdoba


"La antología 'beatle' ha sido una fuente de ilusión y diversión"
El novelista, cuya nueva obra está a punto de llegar a las librerías, es el coordinador de la singular selección de cuentos sobre el grupo publicada por Páginas de Espuma
ALFREDO ASENSI / CÓRDOBA

Andrés Neuman, Rodrigo Fresán, Javier Fernández, Salvador Gutiérrez Solís y Fernando Iwasaki son algunos de los escritores que aportan textos a 22 escarabajos. Antología hispánica del cuento Beatle, un homenaje literario al grupo de Liverpool publicado por Páginas de Espuma. El coordinador de la obra es Mario Cuenca Sandoval (Sabadell, 1975), profesor de Secundaria en Córdoba y cuya novela El ladrón de morfina (451 Editores) está a punto de llegar a las librerías.

-Los Beatles como inspiración literaria. ¿De dónde parte la idea?

-Tenía entre manos una novela sobre el álbum Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band. Durante un par de años me documenté sobre este álbum porque quería recrear su proceso de grabación y producción. Al final, el proyecto no cuajó. Eso sí, publiqué un cuento inspirado en los Beatles y entré en contacto, gracias a él, con otros escritores latinoamericanos como Miguel Antonio Chávez, con quien había coincidido en una antología preparada por Claudia Apablaza. Curiosamente, su cuento también recreaba el Sgt. Pepper's, sólo que en un plano de ultratumba: el más allá como si fuera el Club de los Corazones Solitarios del Sargento Pimienta. Entonces se encendió la bombilla. Sabía que los Beatles eran una banda con mucho predicamento en el mundo literario, pero no sabía que existiera una auténtica comunidad secreta de beatlemaníacos. Es un honor haberlos reunido por primera vez.

-¿Cómo fue la selección de autores y relatos?

-Desde el principio era consciente de que había que ceñirse al ámbito de habla hispana, de lo contrario el proyecto resultaría inabarcable. Así que me puse en contacto con el que iba a ser uno de los ángeles guardianes de la antología, Andrés Neuman, quien a su vez me remitió a otros autores tan beatlemaníacos como él. La condición era que a su reputación como cuentistas tenían que sumar una declarada beatlemanía. Algunas incorporaciones de autores de primera línea se consiguieron con el libro ya casi en imprenta, creo que por la sola razón de que les entusiasmó el proyecto. Sólo puedo decir que la antología ha sido una verdadera fuente de ilusión y de diversión para todos, desde la recluta de los autores hasta las presentaciones del libro, que están consistiendo en auténticas fiestas, con música en vivo incluida.

-De los cuatro integrantes del grupo, ¿cuál sale mejor parado?

-Sin lugar a dudas, John Lennon, tal vez porque, como algunos han dicho, Lennon se ha convertido en una especie de "santo mártir de la causa pop". La inmensa mayoría de los relatos lo eligen como protagonista, muy por encima de McCartney. Y en cuanto a los otros dos componentes de la banda, sólo hay un relato protagonizado por George Harrison (firmado por Raúl Pérez Cobo) y otro por Ringo Starr (un clásico de Leopoldo Marechal, el cuento más antiguo, de hecho, incluido en la antología, el que inaugura el género Beatle).

-¿Y qué canciones están más presentes?

-Hay un relato basado en Julia, de Lennon (Care Santos), otro que gira en torno a Michele (Hipólito G. Navarro), sobre Lucy in the Sky with Diamonds (Marcelo Figueras), Dear Prudence (Pilar Adón), A Day in the Life (Javier Fernández), pero podría hablarse más de álbumes que de canciones: Revolver, Sgt. Pepper's y el Álbum blanco son los que tienen más presencia. Otro de los relatos, el de Leonardo Aguirre, está escrito en spanglish, a partir de fórmulas, versos y títulos de canciones de los Beatles.

-¿Hay mucha fantasía en estos relatos?

-Así es. Algunos relatos se desenvuelven en el género de la ciencia ficción (Leopoldo Marechal). Hay incluso un relato de fantasmas (Patricia Esteban Erlés), uno que se desarrolla en una atmósfera de capa y espada (Javier Fernández), un manifiesto marxista-lennonista (Xavier Velasco), etc. Otros relatos se inspiran en leyendas urbanas, como la que asegura que Paul McCartney murió en el 68 y que el que todos conocemos es un doble exacto llamado William Campbell.

-Finalmente, ¿qué encontrará el lector en El ladrón de morfina?

-Es muy difícil de sintetizar. Mi propósito inicial era escribir una novelita bélica de kiosco, tipo pulp, ambientada en la Guerra de Corea. Que un escritor español escriba sobre la Guerra de Corea se parece a lo que los italianos hicieron al apropiarse del western con su spaghetti western. Por eso me interesaba tanto el aspecto visual del libro; en 451 Editores han hecho un trabajo magnífico en este sentido, desde el diseño de cubierta hasta las ilustraciones interiores. Ahora bien, esa es sólo la carcasa. Creo que en la novela la guerra es sólo un pretexto para reflexionar sobre otros temas: la obsesión, la adicción, la necesidad de redención o de cura moral. Creo que El ladrón de morfina viene en un envoltorio bélico pero se mueve en un nivel de reflexión muy espiritual, si se me permite un término tan solemne. A finales de marzo estará en la calle.

jueves, 4 de marzo de 2010